El Coso del Rock

Alejo Auslender acerca de su libro “El coso del rock”: “El under es universalmente precario”
POR FERNADA SCHELL
Música, rock, bitácoras y esfuerzo, eso nos trae “El coso del rock”, el primer libro de Alejo Auslender, escritor y músico argentino que recopiló bitácoras de las fechas de Deportivo Alemán, grupo donde toca la guitarra. Durante el transcurso del libro se van narrando sucesos que le ocurren a la banda, tocatas, ensayos, anécdotas que compiló entre el 2016 y el 2018.

El libro fue publicado por Gourmet Musical Ediciones y lo pueden conseguir a través de ellos o Bigsur.
Para saber más de esta historia, conversamos con Alejo Auslender.
F: Primero, el texto se llama “El coso del rock”. ¿Qué significa “El coso” y de dónde surge?
A: “Coso” es una palabra comodín que se suele usar en Argentina para designar aquello que a pesar de ser familiar no tiene una denominación específica. En el libro se denomina “coso” a la sustancia inefable que produce o proyecta una banda cuando toca en vivo. Comprende no sólo la música sino también todo lo que se manifiesta en el momento de ejecutarla: la forma de cantar o de empuñar los instrumentos, la vestimenta, los silencios entre canción y canción, etc. La tesis es que el gusto hacia una banda que realmente te importa está basado en su “coso” y no en una cualidad evidente o discernible. Leandro Donozo utilizó ese concepto para nombrar al libro, extendiendo la idea de “coso” para abarcar el impulso quijotesco y casi irracional que motoriza toda actividad artística, ya sea tocar en una banda o escribir o pintar o actuar o lo que se te ocurra”.
F: ¿Cómo siguió la idea de crear este libro crónicas y bitácoras?
A: “A mediados del 2016 me propuse, como ejercicio de escritura, postear en Facebook una crónica de cada toque de Deportivo Alemán, donde toco la guitarra. Al principio eran bastante cortas, pero a medida que pasaba el tiempo le fui agarrando el gusto y para fines del 2017 había juntado unas 50. Rosario Bléfari (también tocaba en su banda) me sugirió la idea de hacer un libro juntos, agregando a mis crónicas una especie de estudio antropológico “serio” escrito por ella acerca de tocar en el under. Con esa idea fuimos a ver a Leandro Donozo de Gourmet Musical y él se mostró interesado, pero al tiempo nos dimos cuenta con Rosario de que la yuxtaposición iba a quedar medio forzada, así que el proyecto quedó en la nada. Sin embargo, más adelante, a mediados del 2018 y con las crónicas ya seleccionadas, Mavi Alonso -una amiga- se ofreció a mostrar el libro por diversas editoriales. La casualidad es que fue ella quien terminó por llevar el libro de nuevo -por su lado- a Leandro de Gourmet, con quien nunca más habíamos hablado desde el proyecto trunco con Rosario. A pesar de que Gourmet no suele publicar este estilo de libros, la propuesta le gustó mucho y decidió editarlo”.

F: ¿Cómo fue el proceso de creación e inspiración al momento de escribir?
A: “Sinceramente, la idea era escribir lo que se me ocurriera. Hay crónicas en las que casi no se habla del toque en sí, otras en las que el narrador se pierde divagando sobre cualquier cosa. El toque es un disparador, digamos, no hay otro plan que no sea el de escribir”.
F: ¿Cómo la banda superó cada obstáculo para poder continuar?
A: “Creo que la gracia de tocar en estos ambientes es que el obstáculo es parte de la ecuación: en lugar de superar el obstáculo uno lo asimila. Tampoco se puede ir por el mundo matando sonidistas, supongo. Las leyes son muy severas al respecto”.
F: Este texto lo realizaste desde tu perspectiva, pero. ¿Contiene historias que te sucedieron a ti o son referencias?
A: “Todas las historias son personales, lo cual no ha impedido que varios lectores se identifiquen con las peripecias descriptas. El under es universalmente precario”.
F: ¿Por qué la gente no asiste a shows de estas bandas? ¿Falta interés por parte de las personas?
A: “Creo que primero hay que entender algo básico: uno está haciendo o produciendo algo que nadie pidió expresamente. Una vez entendido esto es más fácil aceptar la poca o nula concurrencia. No somos una banda de covers o una banda tributo o una banda de género como para andar reclamando un público: el Deportivo hace sus canciones y las ofrece al mundo. La idea de tocar en vivo responde a la necesidad de dar a conocer esas canciones, es la búsqueda de un público que todavía no existe. Con suerte, tocando seguido se puede llegar a formar un público, pero es un proceso largo. Respecto al tema del interés, mi opinión es que en Buenos Aires existe un genuino interés por bandas nuevas. El problema -que en realidad no es un problema, nunca puede ser un problema que exista tanta gente creativa- es que la oferta de bandas es inmensa, no hay público suficiente para todas. ¿Quién no tiene banda?”.

F: ¿Crees que el Deportivo Alemán se quedó en un nicho?
A: “Creo que todavía no estamos en ninguno, pero si el nicho que nos tocara fuera cómodo sin duda nos quedaríamos en él”.
F: Estas vivencias en el under. ¿Suceden en el movimiento de Argentina? ¿Hay alguna banda que destaques de la escena?
A: “No quiero hablar por todo el país, pero por lo menos en Buenos Aires hay tanta vitalidad que ni siquiera se puede hablar de un solo under, la realidad es que hay varios “unders” conviviendo en simultáneo. Es más, hay unders que ni siquiera se piensan a sí mismos como estando “debajo” de otra cosa, negando el lugar común en tanto escalafón inferior al mainstream. Es como si cada under fuera una liga aparte, con sus propios recursos y objetivos. Así enfocado, me gustaría recomendar bandas que pertenecen a distintos unders como Mujercitas Terror, Paul está muerto, El río musical, Costas, Norma, Siempre es medianoche”.
F: Finalmente Deportivo Alemán hará un disco y continuará su rumbo. ¿Cómo se visualiza lo que se viene con la banda?
A: “El futuro del Deportivo y su disco recién editado es incierto como el de todo el planeta. Nuestra idea para este año era presentar incansablemente las canciones nuevas pero los eventos de público conocimiento nos obligan a replantear todo. Desde mi pesimismo innato creo que no volverá a haber música en vivo, por lo menos en Buenos Aires, hasta mediados del año que viene, y eso con suerte, habrá que encontrar otra forma de canalizar el coso. Si bien los vivos de Instagram captaron cierto interés a principios de la cuarentena, creo que es necesario para los músicos no-masivos pensar nuevas formas de presentar sus producciones, no limitándose a la ejecución frente a la cámara sino aprovechando las condiciones que nos han sido impuestas. No queda otra que asimilar el obstáculo”.
F: ¿Qué proyectos tienes?
A: “Estoy tratando de hacer algo parecido a una novela, veremos qué sale. Lo único que tengo claro es que no va a ser en primera persona”.