Mi taller de composición mira hacia el mar

Naturaleza, identidad y creación

Desde una loma, en un campo sureño de la Región de Los Lagos, observo el volcán Calbuco sobre el lago Llanquihue. Abro la mirada y me tropiezo con el Tronador y el Osorno. Y luego surgen el Puntiagudo, Casablanca y Puyehue. Me rodean árboles nativos, arroyuelos, senderos. Una vista que llena el alma. Las nubes navegan por la ruta celeste y se reflejan en las aguas.

El poder de la naturaleza en la creación musical y como fuente de identidad de un pueblo se fortalece al experimentar ese diálogo profundo con ríos, lagos, montañas, bosques, aves, zorritos, comunidades. Quería ir a Chiloé a conversar con mi amigo el compositor Claudio Pérez Llaiquel. En enero se están cumpliendo 33 años del Museo de Arte Moderno de Chiloé, en el cual Claudio ha colaborado durante muchas temporadas. Sin embargo, la cuarentena me impide viajar. Hablamos virtualmente sobre sus obras musicales inspiradas en su contacto con gentes y lugares de la Isla Grande. Quiero saber algo más de sus nuevos proyectos: <<El museo es un buque de resistencia aquí en el sur –me dice-. Son muchas exposiciones, residencias artísticas y trabajos en torno al arte contemporáneo. Ahora, con motivo de la muestra “Abstracta”, me solicitaron facilitar una música que acompañe el paseo por las obras acá expuestas…Se utilizará mi primer cuarteto de cuerdas compuesto en 2013 y grabado por el Cuarteto Luis Advis. También estará presente mi obra Lafkenmapu, escrita para fagot y orquesta de cuerdas. >>

Claudio estudió composición musical en la Escuela Moderna de Música de Santiago junto al maestro Guillermo Rifo, quien también lo preparó en dirección orquestal. Luego de su formación, regresó a la Isla, su tierra natal, a fines de 2007 y se desempeñó como Director de la Orquesta Juvenil de Castro por 10 años: <<Actualmente, dedico gran parte de mi vida a componer, a tocar con mis amigos en tres bandas…También formo parte de un grupo que cultiva músicas de raíz étnica fusión, donde tengo el privilegio de participar junto a creadores de este territorio que he admirado siempre: Marco Garrido y Neddiel Muñoz Millalonco. Ellos formaron en los años 90 una banda llamada Armazón; investigaron, rescataron y versionaron el canto y música huilliche. Hoy disfrutamos explorando nuevas experiencias musicales bajo el nombre de Anklaje y hemos grabado tres producciones. He ido aprendiendo a observar mi herencia huilliche, a balbucear todos los días un poco más el mapudungun y así “despertar el ave que llevo dentro”, como dice Lionel Lienlaf. Esto ha significado un cambio de consciencia y una búsqueda estética que influye en mis composiciones de manera poderosa. >>

Le pregunto de qué manera ha influido en él la naturaleza para escribir obras como la suite Reflejos de Agua, Sur Cristalino, Patagonia y Olvido, o Barquitos de Papel. <<Cuando niño, recuerdo haberme quedado largo rato oyendo el sonido del viento en las hojas de los álamos; o en las tardes, desde un cerro, oír los pájaros que se alimentaban en el lago Pio Pio… Podría enumerar un millón de escenas  contando sobre los asombros infantiles ante la maravillosa existencia de la naturaleza. Pero, el punto es  proponer la teoría de que cuando niño comenzamos a llenar nuestro cuerpo, alma y mente de sonidos y sucesos que son los que utilizaremos posteriormente para vivir y expresarnos genuinamente. Por eso, al componer música pienso y recurro a esa parte de mi vida. A ese almacén que guarda solo la verdad que es capaz de contener un niño. Cuando  comienzo a buscar un pretexto musical no pienso en música pura; por lo general, es una poesía o una fotografía la que detona en mi interior una melodía, acorde o ritmo para comenzar desde ahí a hilar. >>

  • ¿Por qué hablas de hilar?
  • Mi abuela materna es una mujer que actualmente tiene 87 años. Ella ha hecho su ropa de cama y la de sus hijos y nietos con sus propias manos. Todos los primos tenemos alguna prenda realizada por ella. La observé tejer e hilar la lana de oveja desde pequeño y ese entramado es lo que yo comparo con el ejercicio de componer. Una vez que tienes el punto inicial, lo demás es tejer, combinar colores, ritmos, cantos. Los motivos rítmicos pueden ser el canto de un pájaro, una melodía, un canto antiguo religioso enquistado en el Chiloé profundo de hace cientos de años. Como el caso de la malaheña, que utilizo en una obra que se llama “Suite reflejos de agua” (disco Cuadrosonosoros) o una salve religiosa. El agua es uno de los elementos que está muy presente a la hora de componer: todos los lugares en que he tenido mi taller de composición han mirado al mar, exceptuando Santiago. >>
  • ¿Qué me puedes decir de la identidad chilota?
  • Chiloé fue el último territorio anexado a Chile, en 1826. Su territorio, culturalmente hablando, se extiende en el continente en gran parte desde  la X región y hacia el sur hasta Punta Arenas y parte de la Patagonia argentina. Siempre he pensado que Chiloé podría ser un país. Hay una forma  particular de hablar, mitos y leyendas. Hasta antes de la irrupción de la industria salmonera, existía un sistema de vida y economía en el campo a escala humana, con alimentos saludables, orgánico todo y con prácticas sociales de vida comunitaria muy  eficientes y de gran calidad humana. Sin duda alguna, esto marca la cultura del sur de Chile.
  • ¿Y cómo influye todo esto en la creación artística?
  • El folclore, la herencia española y la fusión con la riqueza cultural y la cosmovisión del pueblo huilliche, más la heredad de  los  pueblos canoeros del sur, hacen de Chiloé un lugar con conocimiento  de antaño. En un proceso de crisis mundial, creo que esto es una carta  vital que tenemos bajo la manga. Por cierto que todo aquello influye en la creación artística: la magia de la que nos hablaron nuestros abuelos, los hechizos y la existencia de un mundo mágico ligado a los brujos, es algo que alimenta el fuego creativo  de manera muy fluida; es como si esa otra parte de la realidad se dejase  seducir con la inquietud musical para trasvasijar en ella su información remota y caer al suelo del presente con una forma sonora.

La conversación virtual se extiende por caminos musicales maravillosos. Le pido a Claudio que me envíe algunos links para escuchar sus creaciones y la suite Reflejos de Agua me cautiva. Mi mente fluye por los canales chilotes, algunos de aguas mansas, otros más turbulentos. Las cuerdas de un violín, viola o cello navegan por esas aguas que conforman el río de la inspiración e identidad donde la naturaleza pasa a convertirse en la fuente misma de la expresión artística de este joven compositor chilote que en mayo próximo grabará en video y audio un estreno: el Quinteto de Vientos <<De Indias>>, obra inspirada en la poesía del mismo nombre del escritor chilote Nelson Torres. Mientras tanto, los invito a sumergirse en el Sur Cristalino a través de la música de Claudio Pérez Llaiquel…

Enero 2021

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