“El Perseguidor de la Luz”

Yuri Soria-Galvarro

“Los viajes son una forma de alejarse de los inconvenientes”

POR FERNANDA SCHELL

Ya han pasado tres años desde que “El perseguidor de la luz” recibió el Premio Municipal de Literatura Juegos Literarios Gabriela Mistral en la categoría de Novela. Este premio es uno de los más importantes en Chile y ha sido entregado a destacados autores, uno de ellos, Yuri Soria-Galvarro, autor y escritor escritor local de esta novela, es actual integrante del Directorio de la Corporación Cultural de Puerto Montt. En su libro, “El perseguidor de la luz”, relata la historia de Orlando, un fotógrafo que a fines de la dictadura se va de Chile para vivir lejos de los recuerdos y de una transición política que reflota dolores y traición. 

Para conocer acerca de su obra, proyectos e historia, hablamos con el escritor. 

¿Cómo surge la idea de escribir “El Perseguidor de la luz”?

Ya he publicado algunos libros de cuentos y quería escribir una novela, varios proyectos se empantanaron o se convirtieron en cuentos, hasta que esta novela tomó cuerpo y vio la luz al final del túnel.

¿Qué te llevó a crear el personaje de Osvaldo?

En un texto literario se persigue la verosimilitud, que no es lo mismo que la veracidad, pues en la ficción tenemos licencia para mentir impunemente. Buscamos crear personajes que cobren vida, que atraigan, que funcionen dentro de la coherencia interna que el mismo texto plantea, eso es en el fondo el pacto con el lector, yo te cuento una mentira como si fuera verdad. Una de las formas de conseguirlo es hablar de temas que se conocen bien (o se ha investigado a fondo), y Osvaldo, es un fotógrafo de naturaleza, que es el tipo de fotografía que he realizado y conozco. Seguramente no lo conseguí a cabalidad, en rigor ningún texto lo alcanza completamente, pues convertir la vida en palabras es una tarea imposible, pero como todo viaje, lo importante es el camino. 

¿Qué te lleva e impulsa a que Osvaldo viaje por diferentes lugares?Algunos lectores me han dicho que El perseguidor de la luz les parece una novela de viajes, la verdad es que no lo pensé así. Osvaldo es un personaje que huye de los problemas y los viajes son una forma de alejarse de los inconvenientes, de mirarse desde fuera, y él, un poco hiperventilado por esto de cobrar vida, se largó a viajar por demasiados lugares. Debí haberlo contenido, como era mi primera novela, yo estaba más preocupado de la forma, de la estructura y la estética, por eso se desbandó un poco. He aprendido la lección, los próximos personajes la tendrán más difícil a la hora de hacer lo que quieran. 

¿Qué rol cumple la fotografía en el libro?

Osvaldo es un fotógrafo que relata la historia en primera persona y la fotografía, como la mayoría de los oficios, te cambian la percepción de la realidad. Un arquitecto, por ejemplo, cuando camina por la ciudad no sólo ve calles, sino elevaciones, perspectivas y diseños, probablemente un sociólogo en el mismo trayecto ve tribus urbanas, un sicólogo síndromes y manías, y un escritor personajes y diálogos. El fotógrafo ve cuadros sueltos, encuadres, partes del total, eso intenté impregnarlo en el libro.

En el libro se identifica claramente lo que sucedió en dictadura militar. ¿Por qué seleccionaste y escribiste de esta época en Chile?

Cuando Osvaldo pasa por la universidad, le toca vivir los últimos años de la dictadura y toma partido por el lado de los buenos, es decir los que lucharon contra ella. Tuve algunas dudas respecto a que cosas incorporar en esa parte de la novela, porque alguna gente piensa que quizás ya se ha escrito demasiado sobre aquella época, y yo estimo que todavía falta mucho por contar, al final primaron los criterios literarios, incorporé lo que creo era necesario para completar la novela. Hay muchas historias duras sobre la dictadura, no se consiguió el cambio aplaudiendo en la calle o marcando una rayita en un voto, costo sangre, sacrificio y dolor recuperar la democracia, intenté contar algo de eso.

¿Cómo fue el proceso de creación de este texto?

Largo, quizás demasiado, más de cuatro años. Con las siguientes novelas, actualmente tengo tres en proceso, me gustaría creer que avanzaré más rápido. También fue intenso en algún sentido, pues, aunque Osvaldo es un personaje de ficción, robó capítulos de mi vida y rememorar algunos de ellos fue doloroso.

En el libro se identifica melancolía y ejercicios de recordar momentos. ¿Son recuerdos personales o ficción? 

Hay una especie de moda con la Autoficción, como esas películas en que al inicio anuncian “Esta historia está basada en hechos reales”, como si fuera garantía de algo, esas son justamente las películas que intento no ver. Esta novela es una historia de ficción y algunas cosas, las que sirven para la historia, están basadas en recuerdos. De todos modos, aunque se pretenda relatar hechos reales, siempre opera el sesgo subjetivo, las turbulencias de sentido, y la memoria, desfigurada por ese órgano caprichoso que es el cerebro.

¿Cuáles fueron tus fuentes de inspiración?

Creo que la propia literatura y la vida son las fuerzas que invitan a escribir. De la literatura, todo ese variopinto tramado de lecturas que sorprenden y deforman. Y de la vida, la convicción de que no existen las cosas en blanco y negro, sino una compleja red de grises.

¿Qué quisiste transmitir a través de este libro?

La idea es contar una historia que funcione, que atraiga al lector, que lo lleve a seguir pasando las hojas hasta el final. No creo en el afán moralizador de la literatura y por supuesto no creo que se intente transmitir nada, muchos menos valores o enseñanzas. Si hay un fin estético. Aunque ahora que lo pienso mejor, y como no siempre estoy de acuerdo con todo lo que digo, creo que la literatura si tiene una moral que transmite, una especie de moral superior, no moralizante por cierto y que no busca el proselitismo, algo emparentado con la piedad o la empatía.

 Los personajes leen a Oliverio Girondo, Richard Yates y Julio Cortázar. ¿Qué llevó a que ellos leyeran estos clásicos autores?

La literatura es endogámica, hay más referencias sobre libros y escritores en un texto literario que en la realidad. 

¿Qué proyectos tienes?

Estoy trabajando en tres novelas, tengo un libro de cuentos más o menos terminado, un libro de poesía que quizás publique algún día, con mi amigo Marcelo Paredes estamos trabajando en un Bestiario Ilustrado y estoy iniciando un guion para una película con mi amigo Felipe Novoa. También tengo un libro de humor a medio camino. Una antología sobre cuentos de fracasos. Muchas más cosas de las que puedo hacer al mismo tiempo. Algo irá saliendo, no sé muy bien que vendrá primero ni cuando, pero me gusta creer que todavía tengo cosas que contar.

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