Carta de un niño en Navidad

La Navidad se acerca. Siempre me ha gustado esta festividad. Un encuentro con la familia y los seres queridos en la paz del amor que nos trae el niño de Belén. Y me gusta escuchar villancicos chilenos y de toda la América. Busco en mi discoteca de vinilos, casetes y CD aquellas canciones que me invitan a revivir momentos de mi niñez. Cuando nos reuníamos en torno a una mesa para compartir una sencilla cena junto a mis padres, hermanos y tíos, mi abuela. Entre estos discos navideños, encuentro esa estupenda recopilación Noche de Paz en Chile con grabaciones realizadas por el sello Emi Odeón entre 1957 y 1971. Hermosas voces como las del Coro de la Universidad de Chile dirigido por Hugo Villarroel nos ofrecen cantos llenos de sentido y armonía. Allí se encuentra también Vicente Bianchi junto a su Coro Chile Canta para invitarnos a caminar junto al Burrito de Belén que nos lleva al humilde pesebre donde nos espera el niño para regalarnos su paz. El Conjunto Graneros saluda con su canto campesino: Buenas noches, ‘ña María.
De pronto, en uno de los surcos, la voz de Silvia Urbina se levanta a media noche con dulzura y nos cautiva con su Villancico de Santa Cruz. Los versos de Raúl Ramón y su música de chilenía nos van envolviendo en su olor a campo Señora Doña Maria, de Chomedahue yo vengo y le traigo a su niñito este pollito rulengo…vengo de la Patagüilla y le traigo a su niñito un mate con su bombilla…soy de Santa Cruz y vengo a cantarle al niñito Jesús, traigo unos quesillos y brevas pa’usté… No puedo dejar de recordar los ojos iluminados de Raúl de Ramón, con esa chispa que encendía las conversaciones en su alero, cuando armaba toda una historia para contarnos sus canciones. En este villancico, por ejemplo, podía decirnos como preámbulo: ¿Qué pasa allá adelante?¡Va mucha gente con carretas y de a caballo! Son los romeros de Santa Cruz que van a Paredones a cantarle al Niño para las Navidades…
Especial significado tiene esta recopilación de villancicos para mí. Se incluye nuestra primera grabación de Los Huasos de Algarrobal para Emi Odeón en 1966, a pocos meses de haber iniciado nuestra historia musical. Y allí se escucha en nuestras juveniles voces El peregrino de Emaús que caminaba por la calzada y nadie lo reconoce hasta que se detiene y parte el pan en una mesa ancha…ahora sí, en la fracción del pan…
En esta revisión de mi vieja discoteca encuentro a una niña que escribe una carta. Me mira desde la portada de un disco 45 r.p.m. extended play que grabamos para el sello RCA con los arreglos y dirección orquestal del maestro Guillermo Rifo. Es la carta de un niño en Navidad que surgió del recuerdo de esas celebraciones navideñas que reunía a nuestra numerosa familia cuando yo aún usaba pantalones cortos.
Tengo una carta aquí en el corazón.
Hoy la recuerdo como una canción
de infinita niñez, de pureza sin par:
una melodía azul que al cielo voló.
Quiero volver a escribirla otra vez
junto a los que hoy quieran ya conocer
el camino del sol, de la luz y el amor:
Una carta de amistad en la Navidad.
Querido amigo, dueño del día y de la noche,
Tú que conoces a cada estrella por su nombre,
que compartes el pan con buenos y malos,
con pobres y ricos,
Tú que dominas el vuelo de las palomas:
Te escribo esta carta para pedirte una sola cosa en esta Navidad.
No sé…Pero me gustaría que en los hogares de todo el mundo
una misma estrella iluminara los corazones de aquellos hombres de buena voluntad.
Se trata de algo muy especial y que, a lo mejor,
cabe en tu saco de infinito amor.
Un regalo que viene envuelto en pañales blancos, azules y rojos,
y que se llama hermandad.
Un regalo que se escribe con tres letras: PAZ.
Querido amigo, te espero en Nochebuena…
Un niño que te quiere.
Diciembre, 2019.
Villancicos y canciones navideñas: