Un viaje al pasado: entre fotógrafas y fotografías


Un viaje al pasado: entre fotógrafas y fotografías
Por Adolfo Vera/Sobre fotografía
En un artículo anterior concluíamos lo siguiente: “Si queremos viajar en el tiempo hacia un
pasado que no hemos vivido, los recuerdos no existen. Entonces, para saber de algo o de
alguien, debemos recurrir obligadamente a registros visuales que nos evoquen momentos
anteriores a nuestra existencia”. En este caso, queremos viajar al pasado de la fotografía y
conocer algunas de sus exponentes.
Es frecuente, cuando hablamos de fotografías, siempre se nos viene a la mente un fotógrafo
detrás de la cámara, con su ojo astuto y con su lente registrando la realidad, existiendo
muchos de ellos que nos han legado un importante corpus de imágenes en distintos estilos
fotográficos. Pero a lo largo de la historia, no solo han existido fotógrafos, también
fotógrafas de diferentes nacionalidades, que se han comprometido con esta forma de
expresión visual, en sus distintos estilos, como es el caso; Diane Arbus, Paz Errazuriz,
Dorothea Lange, Vivian Maier, Soledad Campaña, Leonora Vicuña, Mariana Matthews, por
mencionar algunas de ellas, que han logrado notoriedad en este campo, exponiendo sus
obras en distintos medios, quienes, a través de películas y revelados vieron nacer sus
fotografías.
Sin embargo, hoy se han facilitados cosas, estamos en la era digital, existiendo diversos
medios para realizar el registro fotográfico y las nuevas generaciones se han interesado en
aprender fotografía como medio de expresión. Una gran cantidad de jóvenes ponen toda su
atención en las imágenes y en el registro fotográfico y es común verlos inscritos en cursos
de fotografías o tomando estudios más avanzados, o bien, solo utilizando sus teléfonos para
realizar algún registro casual, lo que posteriormente, les permitirá aventurarse en la
adquisición de cámaras con tecnología avanzada, dando así, un paso más allá.
Es el caso de Macarena Lara Castro, alumna de la carrera de Pedagogía en Historia,
Geografía y Ciencias Sociales de la PUCV, quien se encuentra cursando la Asignatura de
Fotografía en la misma casa de estudios. Para Macarena, quien, por su juventud y
entusiasmo, no conocía el pasado de la fotografía o tenía vagas nociones sobre esta
disciplina, decidió inscribirse en el ramo para aprender fotografía, e inicialmente, viajar en el tiempo guiada por su profesor, buscando en libros o visitando páginas web e introduciéndose a lo más remoto de sus autores.

Según nos cuenta, en la primera unidad del ramo – después vendría en registro fotográfico –
debían construir un ensayo/análisis, sobre la elección de alguna fotógrafa o fotógrafo. Pues
bien, haciendo caso a su género, eligió a Diane Arbus, fotógrafa estadounidense (conocida
como la fotógrafa de los freaks), quien, la sedujo con su estilo y forma de mirar el mundo a
través de sus imágenes.
Pero dejemos a Macarena que nos aproxime a Diane Arbus:
La fotografía permite congelar historias en el tiempo, historias las cuales a pesar del
paso de los años nos podemos identificar y encontrar significados en ellas. Diane
Arbus a través de su cámara, compartió historias de gente inusual, orgullosa de su
belleza y también historias que nos hacen cuestionarnos como personas o como
sociedad. Esto fue lo que me llamó la atención de Diane, ya que normalizó lo
estigmatizado en el día a día, mensaje que en el 2021 puede ser reconfortante para
la gente que se siente diferente o sola. ‘El niño con la granada en la mano’ nos hace
reflexionar sobre la inocencia de los niños, la cual, se ve corrompida por el mundo
adulto de guerras e injusticias. Quizás, si todos conserváramos un poquito de la
inocencia de cuando fuimos niños, el mundo sería un lugar mejor:
“La fotografía ‘Child with a toy hand grenade in Central Park.’ Fue tomada en el año 1962 en
Estados Unidos. Partiendo por lo denotativo, podemos ver a un niño sosteniendo una
granada de juguete en la mano derecha. El niño de contextura delgada y cabello claro se
encuentra al medio de un parque el cual no podría ser identificado sin el nombre de la
fotografía. La expresión facial es bien particular debido a sus ojos bien abiertos y la forma del
gesto de la boca, también la forma en que está parado rígidamente con las manos es una
posición que podría llamar la atención de la gente. Esta fotografía es muy acorde al estilo de
Diane Arbus ya que rompe con la normalidad y la inocencia del niño y lo muestra sosteniendo
una granada con un gesto extraño y diferente. En cuanto a la connotación podemos ir
mucho más allá, partiendo por el contexto en este momento se llevaba a cabo la Guerra Fría
entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Las tensiones entre John F. Kennedy y Nikita
Jruschov en esta época alcanzaron el peor momento, en el mismo año en que se sacó la
fotografía se llevó a cabo la crisis de los misiles en Cuba conflicto provocado debido al descubrimiento por parte de la URSS sobre Estados Unidos y el dominio de misiles nucleares ubicados en Cuba. Este conflicto fue uno de los más importantes de la guerra ya que casi provoca una guerra nuclear. Al momento de relacionar el contexto con la fotografía el mensaje queda mucho más claro y nos damos cuenta de la gran cantidad de simbolismo que esconde ésta. Por un lado, tenemos la crisis de la Guerra Fría y por otro lado la inocencia del niño con la granada que probablemente no conoce el verdadero peligro del conflicto del momento. La fotografía a primera vista causa gran impacto debido a la granada y a la expresión del niño dejando a cualquiera algo confundido o incluso incómodo, pero cuando entendemos el contexto es posible entender una carga mucho más grande de significados y mensajes. Por esto es importante relacionar la denotación y la connotación de la imagen
para entender los simbolismos que Diane intentó transmitir”
Por su parte, Pilar Silva Tapia, estudiante de la carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y
Ciencias Sociales de la misma universidad, se inscribió en la asignatura con igual propósito y
entusiasmo, conocer el pasado de la fotografía y aprender a registrar. También en su
elección privilegio su género.

Pilar nos relata su experiencia al ir descubriendo a Paz Errazuriz: Mi recorrido hasta el encuentro con paz Errázuriz fue un viaje de admiración y de representación con lo que la fotógrafa proponía. Cuando el profesor propuso el trabajo de seleccionar a un fotógrafo, lo primero que hice, fue una selección de las mujeres que se encontraban dentro del listado de grandes expositores. Es así como importantes fotógrafas llegaron a mí, desde Dorothea Lange, pasando por Diane Arbus, sin olvidar a la estadounidense Vivian Maier, hasta Gertrudis de Moses. Esta lista de grandes e importantes mujeres, que retrataron en sus cámaras análogas la historia de sus países, la historia de sus vidas y acontecimientos que nos hacen pensar y cuestionarnos hasta el día de hoy, pasa de largo al nombre que se transformaría en no solo el foco de mi trabajo de investigación, sino en una de mis modelos a seguir. Paz Errázuriz fotógrafa chilena que no solo capturo momentos inolvidables, sino que también se llevó toda mi atención y admiración cuando el profesor me hizo investigar más sobre esta gran exponente. Retroceder en el tiempo y mirar grandes obras es uno de mis pasatiempos favoritos, mirara la historia de Paz Errázuriz y sus grandes obras me hizo sentir felicidad, rabia, impotencia, empatía y poder. La fotógrafa se ha encargado de capturar en fotografías en blanco y negro aquellas minorías que se quedan en el olvido, se encarga de retratar aquellos marginados que son escondidos en las ciudades. Esta singularidad y ganas de Paz Errázuriz hicieron que mi visión solo se centrara en las historias de que fueron retratadas por su cámara.
Mi trabajo después de una difícil decisión se enfocó en una de las obras de “La manzana de Adán”. En esta obra se retrata aquellos años complicado en dictadura, en donde las fuerzas armadas intentaban esconder a cada una de las minorías que ensuciaban su país. Travestis fueron las protagonistas de las obras, que fueron capturadas por la cámara de Errázuriz y la escritura de Donoso, relataron la vida de estas marginadas y tristes historias.
Paz Errázuriz es una importante fotógrafa chilena, la cual registro bajo el lente de su cámara análoga fotografías icónicas de aquello que en Chile sigue siendo un tabú.
Mirar al pasado y enaltecer aquellas mujeres que marcaron la historia con su pasión, su valentía y esfuerzo ante un mundo lleno de estigmas que muchas veces solo perjudican el espléndido trabajo que hacen aquellos que retrataron lo prohibido, lo que salía de los márgenes convencionales y que para muchos no estaba bien visto. Mirar hacia el pasado y encontrarse obras como las de Paz Errázuriz me llena de
esperanza e inspiración.
“La fotografía que analizare será una de Evelyn, uno de los travestis que fue fotografiado por Paz Errázuriz entre los años 1984 y 1987.
La fotógrafa durante este periodo de tiempo convivio con estos hermanos que trabajaban como travestis y vendiendo su cuerpo a hombres que deseen su pasar noches de placer junto a ellos. Aunque con miedo las hermanas Evelyn, Pilar y su madre Mercedes, que son los protagonistas de esta serie de fotografías, dejaron que la fotógrafa Paz Errázuriz y la escritora Claudia Donoso entraran a sus intimas vidas en el burdel La Palmera en Santiago.
Las hermanas y compañeras decidieron relatarles sus vivencias como disidencia en tiempos de dictadura militar, como fueron maltratadas y marginadas aún más en aquellos tiempos de censura, en donde pasaron a ser fenómenos que debían pagar con dolor por el tipo de vida que llevaban. Estas entrevistas fueron recopiladas en el libro “La manzana de Adán” libro bilingüe que salió a la luz, junto a las fotografías en el año 1990, por el mismo miedo de tenían las hermanas a que fueran reconocidas y perseguidas por su estilo de vida.
Podemos pensar que esta fotografía fue tomada con muchos propósitos, uno de ellos retratar la cotidianidad en la que vivían las hermanas, también en mostrar como es el proceso de cambio de un ser masculino a uno claramente más femenino, también visibilizar el arte del travestismo en una de sus facetas más importantes como es el maquillaje, o simplemente mostrar este binarismo o contraste entre un hombre cisgénero y una persona que para la sociedad no entra en la norma del binarismo. También podemos imaginar en que contexto fue tomada la fotografía, puede que se esté preparando para otra noche más en el burdel, o que tal vez esté hablando con su hermana, su madre o sus compañeras, puesto que su atención se encuentra lejos de la escena, podemos imaginar que está hablando o mirando algo que pasa más haya, puesto que probablemente no este solo, saber el contexto en donde y con quien esta Evelyn es una gran ayuda para saber qué es lo que puede estar haciendo. También podemos preguntarnos sobre si la Evelyn, nuestra protagonista está posando para la foto o simplemente está arreglándose un día más enfrente de la fotógrafa y la periodista que las a acompañado por varios años, puesto que nos encontramos con un disparo que parece tan casual que no podemos distinguir con certeza”
Finalmente, quiero compartir con ustedes una emoción. La fotografía de Portada tiene un
especial significado para mí, es un registro fotográfico antiguo, en la década del 30. El
fotógrafo o la fotógrafa es desconocido, solo se sabe que es el retrato de nuestra mamá en
sus primeros años, junto a su perro “copito”. A partir de allí, vendría su larga trayectoria de
vida, que culmina a comienzo de Octubre del presente año. Entonces, es un homenaje que
rendimos a nuestra querida madre, quien nos acompañó por muchos años, y ahora, debe
estar cobijada en los brazos de Cristo.
Bueno, eso es, un viaje al pasado, para descubrir la fotografía desde el lado femenino.