RECORDANDO LOS RECUERDOS / JAIVA ES VIOLETA

J A I V A   E S   V I O L E T A 

CRÓNICA DE FERNANDA SCHELL

Eran las nueve y media de la noche, hacía frío, la lluvia había cesado. El público estaba eufórico bajo la luz de la luna. La música de Los Jaivas emocionó a las masas. De un momento a otro se produjo un silencio, Claudio Parra se apodera del micrófono y dice “ahora vamos a presentarles un par de temas que serán tocados en nuestra gira Obras De Violeta Parra”. La gente se entusiasmó y aplaudió al ritmo de la Anticueca. Los Jaivas, cumplieron 55 añosde trayectoria, mientras que Violeta Parra un año antes festejaba su centenario.

La cantautora chilena es parte esencial de Los Jaivas. Siempre ha estado presente de manera permanente en la historia de la banda. Fue y es parte de la inspiración al momento de crear canciones. En los libros o documentos no han reflejado lo que significa esta artista para estos músicos.

Tres horas antes del show, a pesar de la baja temperatura, estaban todos atentos a la prueba de sonido de los viñamarinos. En conjunto con Congreso tocaban, Hijo del Sol luminoso. Al terminar, hacen señales de adiós y se dirigen a las carpas azules. En ese instante estaba un poco ansiosa, con bajas expectativas, mis pensamientos se dirigían a un ¿qué hago?  En esos momentos deseaba realizar la entrevista, pero existían obstáculos que lo impedirían.

Me dirigí hacia aquel lugar en busca de mi deseo. Al no poder realizarlo, caminé por las calles del centro de Santiago. Después de despejarme, volví a la Plaza de la Cultura, donde se realizaría el concierto que le daría la bienvenida a la primavera. Detrás de las rejas estaba Francisco Sazo, vocalista de Congreso. Él me permitió tener acceso al backstage, de esa forma me encontré a un hombre alto, de rulos alborotados con una particular voz. Le expliqué mi proyecto, río e inmediatamente accedió a ayudarme. Mencionó que ingresáramos a la carpa azul, donde empezaría a relatar una historia musical, el comienzo de la banda.

Las raíces

En 1955, los viñamarinos se conocen en el Liceo Guillermo Rivera, donde corrían y jugaban en el patio de tierra bajó el sol. Entre peleas crearon un proyecto musical que tendría éxito. El tecladista relata “hasta que de repente subimos al escenario donde estudiamos en Viña. Nos dio todas las energías, así el ánimo, la adrenalina de estar arriba del escenario. Todo eso fue el impulso para decidirnos a formar el grupo”.

Aquel momento de impulso, formó una agrupación que llevó la música a las masas e hizo historia. Cincuenta y cuatro años de esencia musical, durante los años 80 lanzaron discos como, Alturas de Machu Picchu (1981) y Aconcagua (1984). Pero, anterior a estos discos, estaban en proceso de álbum, un homenaje titulado Obras de Violeta Parra. Este lo dejaron incompleto por continuar trabajando en los álbumes.

Claudio Parra relata acerca del álbum decía que “nosotros grabamos el disco en el año 84, pero la música la hicimos cuatros años antes, en el año 80. En ese tiempo vivíamos en Francia, París. Una poetisa francesa, que se llama Eve ‎Grilliquez, amiga personal de Violeta Parra, que tenía un programa en la radio France, y quiso rendir un homenaje a Violeta en el programa. Ella le pidió algunos músicos preparar tres temas de la cantautora para tocar en ese concierto.

El tecladista añadió que “resulta que los otros grupos se retiraron del proyecto y grabamos nosotros solos”. Esa presentación, en noviembre del mismo año, fue la única vez que se realizó en vivo.

Desde otra perspectiva, su hermano Eduardo Parra, relataba que “cuando nosotros llegamos al momento de comenzar a hacer nuestra propia música, ya venía en nuestra mente la obra de Violeta Parra como una expresión inmensamente chilena adquirida por cultura criolla. Subliminalmente nosotros llevábamos la voz y el espíritu de Violeta ya casi hecho parte de nuestro pensamiento artístico.”

Siguiendo la conversación, mencionaba sobre su extensa trayectoria. Parra reflexionaba que no tocaban temas antiguos, sino que son actuales. Comentaba que el pasado siempre estará presente. El tecladista poseía entusiasmo al momento relatar su historia. De un momento a otro la conversación dio un salto al presente, acerca de la actualidad en los conciertos y su expectativa sobre la música vigente.

En un momento dijo “vamos a tocar hasta que demos” y sonrió. Justo en ese instante, llega una persona de producción para decirle que debían arreglarse para subir al escenario. Allí el relato queda incompleto, sin embargo, se comprometió e indicó que debíamos seguir conversando en otra instancia.

Minutos después, ellos estaban dentro de los camarines en proceso de arreglo. Luego, aparece cada uno de los músicos, seguido por sus compañeros, Congreso.

Detrás de las bambalinas, cada uno subía por las escaleras que estaban detrás del escenario. Arriba se juntaron y comenzaron a tocar en conjunto. La voz de Carlos Cabezas, Mario Mutis y Pancho Sazo se unía, las baterías se mezclaban entre sí. La batería de Juanita Parra lucía la carátula del disco Obras de Violeta Parra.

Terminó el show de ambas bandas. El quinteto bajó y Congreso actuó para su público. Este momento, fue la primera vez que asistía a un concierto de esas bandas. La potencia que tenía cada uno de los integrantes al tocar sus instrumentos hacía que deslumbraran en cada instante.

El guillatún musical

Eran las siete y media, y comenzó el concierto. Las bandas nacionales se unían para tocar La Conquistada, canción de diez minutos. Según el libro de Freddy Stock, el tema fue concebido por Gabriel Parra al momento de tocar el piano. Gato decía que podría ser una canción, por otro lado, Eduardo Parra comentaba que tenía una letra nostálgica. De esa forma se crea La Conquistada.

Al terminar, la ovación, los gritos y aplausos se hicieron cargo. Los Jaivas bajaron y Congreso comenzó su actuación. El frío se fue al ritmo de las melodías y las personas coreaban cada tema.

Al rato fui a rodear el lugar. Detrás de bambalinas, se hallaba Francisco Bosco, multi instrumentista que lleva 15 años en la banda. Él anunció que se sentía orgullo del homenaje que estaban realizando. Decía que es una primicia para toda la gente, añade que después de treinta años, era la primera vez que se presentaría en Chile. “No es un estreno, sino que es un reestreno”.

Congreso, después de tocar una hora, nuevamente se une para compartir en el escenario el tema, Hijo del Sol luminoso. Canción que todos coreaban, acompañados de las imágenes de fondo y luces de distintos colores.

Comenzó el show de Los Jaivas con la canción Pregón para iluminarse. Terminando el tema, Claudio Parra realizó una pausa y comentó el agradecimiento a las autoridades del lugar y el comienzo de la primavera. Además añadió “ahora vamos a tocar un tema que está en un vinilo, versión single, allí venía con un papel que tenía dibujado un pajarito con un mensaje “hoy llegó la primavera”. De esta manera comienzan a tocar Mira niñita. Escuchar por primera vez está canción en vivo es un privilegio, cada imagen y recuerdo, transportaba a la época.

Seguido de esto, comenzaron con un tema que no suelen tocar en los conciertos, La Poderosa Muerte. Las personas alucinaban al ritmo de esta canción.

Concierto en Paseo Bulnes

Luego de este tema, Parra realizó una pausa y dijo “vamos a tocar dos temas de Violeta Parra, El Gavilán y Violeta Ausente.Este año ella cumple su centenario y queremos homenajearla. Además, mencionó que realizarán una gira por el sur de Chile. Luego, pidió que subieran al escenario a unos niños ganadores para que bailaran el tema. Comenzaron a interpretar la Anticueca, mejor conocida como Violeta Ausente, canción que posee nostalgia y afecto. Las imágenes de Violeta acompañaban a las melodías. Al comenzar la canción, la gente aplaudía al ritmo de la percusión. Juanita Parra se hacía cargo de llevar el ritmo y las personas de animar.

Desde París, Eduardo Parra escribe “esta canción nos venía como anillo al dedo puesto que a esas alturas ya llevábamos alrededor de ocho años fuera de Chile y la nostalgia había cundido considerablemente convirtiéndose casi en una enfermedad que nos hacía rememorar a diario y especialmente en largas sobremesas donde aparecían nuestras predicciones chilenas, los platos típicos, los personajes de cada una de nuestras ciudades, los paisajes y costumbres e infinidad de momentos donde solamente la ausencia era capaz de profundizar, semana a semana, mes a mes, año a año”.

Siguieron con El Gavilán, una canción extensa de 10 minutos que inicia con una suave guitarra de Alan Reale y lo sigue Parra en el piano, envueltos en la órbita del bajo y batería.

Escuchándola y viendo con atención la puesta en escena, es una sensación especular. Cada movimiento refleja la energía que posee esta canción. Juanita Parra deslumbraba en la batería y Claudio realiza magia en el teclado. El sonido que refleja es una historia que comienza con sonidos tranquilos hasta entrar con potencia. Al escuchar este tema, la gente quedó asombrada, atenta y les produjo nostalgia.

Claudio Parra comenta acerca de esta canción “hay un tema que siempre nos impactó que fue El Gavilán, nos impactó justamente por la fuerza que tiene y lo revolucionario que tiene Violeta.” Los Jaivas tocan una versión de once minutos, similar a la original. Esta interpretación, según Claudio, a la cantautora nacional le hubiera gustado realizar esta obra, “para ella era una orquesta sinfónica, con ballet, y otras cosas”.

Su hermano desde Europa escribe como conoció la melodía “fue en aquella ciudad balneario del país vasco, enclavada en los Pirineos occidentales, donde escuchamos por primera vez El Gavilán de Violeta Parra. Nos llevamos una inmensa impresión con esa canción con la cual inmediata y profundamente nos identificamos. Vimos en esa genial interpretación parte de nuestro espíritu musical y hasta creímos escuchar nuestros propios acordes en aquella audaz y desgarradora canción”.

Continuaron con sus clásicos temas como, Hijos de la Tierra, Sube a nacer conmigo hermano y Mambo de Machaguay. Allí las personas pasaron de estar nostálgicas a disfrutar y bailar cada tema. Para cerrar el concierto, ambas agrupaciones se juntan y tocan el clásico tema, Todos juntos. Entre aplausos, euforia, la gente alzó su voz al ritmo de la música.

Eduardo Parra en el libro de Pamela Urbina, expresa que “Gato me pilló tocando una melodía en el piano y le conté que pensaba en Violeta Parra cuando tocaba. Me dijo que iba a traer una letra al día siguiente, aunque pasaron días más, pero la trajo y así nació Todos juntos”.

El show terminó a las once de la noche, cada miembro partió por su lado, Juanita y Claudio Parra se fueron por el estacionamiento, Carlos Cabeza junto a Pancho Sazo caminaban por el Paseo Bulnes saludando a toda la fanaticada. Pasaron unos minutos y aparece Mario Mutis. Entre risas y sonrisas, le consulté la posibilidad de realizar la entrevista, y comentó “claro, ningún problema. Anda a vernos el próximo viernes en la fonda”.

Viva Chile, el terremoto y Los Jaivas

Comenzaba la época dieciochera lleno de entusiasmo en las personas. Las fondas se inauguraron y las parrillas comenzaban a funcionar. Como de costumbre, la banda chilena se presentaría en diferentes lugares y uno de ellos era la típica fonda del Parque O’Higgins.

En el recinto había gente esperando en show de la noche, compartían y simpatizaban. Al llegar, lo primero que realicé fue comunicarme con Claudio, su respuesta fue “estamos un poco complicados, más bien atrasados Será difícil poder conversar.” Después de aquello, Francisco caminaba de un lugar a otro, salía y entraba del backstage. Al verme, me saluda muy alegre y dice “ven, te darán la entrevista”. Insistió para que pudiera ingresar al lugar, hasta que me acreditaron y entré sin ningún problema.

El sector donde se realizaría el evento, estaba lleno de personas, en comparación al show anterior, todos esperaban la presentación de Los Jaivas. Exactamente eran las nueve de la noche, se apagaron las luces y empezaron a sonar acordes de la clásica Poderosa Muerte del disco Alturas de Machu Picchu, y en ese instante un destello iluminó a Juanita Parra y a los demás integrantes. El show inició con un público atento a cada ritmo emitido por estos grandes de la música chilena.

La gente estaba impresionada con los movimientos y la técnica de Juanita Parra desde el inicio de show. Siguiendo el espectáculo interpretaron Amor Americano. Esta vez las personas estaban más animadas y atentas a la presentación. La gente con terremoto en mano, bailaba y coreaba la canción. Sin dar anuncio, ni presentación, comienzan con El Gavilán de Violeta Parra.

El tema produjo alucinaciones en las personas, aplaudían al ritmo de las melodías. Se escuchaba uno que otro grito hacia la banda. Al estar presente en la situación, siente como se produce una atmosfera musical, llena de energía, nostalgia y potencia.


Los Jaivas tocando Violeta Ausente en Fonda del Parque O’Higgins

Eduardo Parra comenta “la canción comienza con un oboe tocado por mí en el Minimoog. Y así sucesivamente van apareciendo la flauta runrunera interpretada por Gato Alquinta, la guitarra, el piano y el resto de nuestros instrumentos uniéndose en la sola sinfonía lastimosa, brutal, salvaje y conmovedora. Finalmente nuestro trabajo lato fue seguir compás por compás el ritmo emocional de la canción. De todos los compases con los que originalmente cuenta esta obra, nosotros nos pasamos por cuatro o seis. Lo que quiere decir que prácticamente nuestra interpretación dura casi el mismo tiempo que la original”.

Continuaron con Violeta Ausente. La carátula del disco de fondo, acompañada de las luces, toda una atmósfera creada en base al homenaje que le realizaban. A penas se empieza a producir las primeras notas de la canción, las masas comienzan a gritar “grande Juanita”, “grande Los Jaivas” y comienzan a bailan al ritmo de cueca. Algunos aplauden y siguen la melodía.

Nuevamente los clásicos, en ese momento noté que interpretaban un setlist similar a su presentación anterior. Finalizando el tema, la agrupación empiezan con Mambo de Machaguay, momento donde se desata toda la euforia de los asistentes. Posteriormente, empieza sonar notas nostalgias de Mira Niñita y Mario Mutis se encargaba de jugar con el público.

Parra, presentaba a cada integrante con su respectiva función. Luego de esto, los  músicos se comenzaban a despedir con el infaltable tema Todos juntos. El público eufórico, la adrenalina abundaba en el Parque O’ Higgins donde estaba por culminar la presentación, cada segundo que pasaba la gente empezó a saltar, gritar y alguna lágrima caída de un fan que por primera vez presenciaba un espectáculo de Los Jaivas, entre otras emociones que muchas veces son difíciles de explicar.

En backstage, presencié el movimiento de todos los músicos y de producción. Escuché que empezaron a pedirles otra canción, pero debido a que era una fonda, el tiempo para tocar era limitado y fue un setlist bastante completo para dejar a la fanaticada satisfecha. El público insistía en pedir otra canción, pero no se concretó la petición de gente que repletó una parte del recinto.

Cambiando la escena, los músicos bajaron y detrás de bambalinas, estaba Carlos Cabezas conversando con su mujer, sin querer interrumpirlo, le explico la situación. Con la cueca de fondo, empieza a relatar algunos hechos del proceso de obra que montaran en vivo. Cabezas ha insistido, desde hace años, en realizar el homenaje a Parra. Anterior a esto, tocaban algunos temas de Violeta en las presentaciones. “Claudio dijo, este año fue el momento de realizarlo, si no hacemos ahora, no lo haremos nunca”.  Como banda estuvieron “encerrados” durante cuatro meses en la sala de ensayo.

Cabezas explicaba que Claudio había conseguido las pistas originales separadas, y decía “lo curioso es que se escuchaba la voz de Gabriel haciendo coro”. Este fue un proceso complicado, debido a que actualmente no están los instrumentos utilizados anteriormente. En aquella época existía una flauta traversa, que le gustaba mucho a Gato, pero se rompió o perdió. Ese instrumento era fundamental en algunos temas de Violeta, como el Run Run. Actualmente es difícil conseguir esos instrumentos, entonces la recomposición se vuelve compleja”.

Los Jaivas se fueron pal’ Norte

Después de dos semanas, un martes en la noche, estaba pendiente de otros asuntos, hasta que mi teléfono suena repentinamente. La persona que llamaba era Claudio Parra, con una voz amigable dice “¿podemos continuar la entrevista?”. Entablamos una conversación extensa donde Violeta era el pilar fundamental. Atentamente escuché las palabras de Parra, comentaba que “Violeta para muchos fue una fuente de identificación. Cuando empezamos a eso de los 60 era difícil encontrar una música chilena con la cual nos identificara”.

Su hermano respecto a la identificación de Violeta Parra en la banda relata “Violeta se convirtió irrefutablemente en una voz auténtica, símbolo de chilenidad, que predicaba un discurso jamás escuchado antes en nuestra sociedad. Como seguidores, ella en nuestras conciencias, ocupó siempre un pedestal muy importante si se trata de hablar de Chile y de los vicios y dulzuras de la sociedad contemporánea. Maestra, alumbradora, voz insigne”.

En Chile, no había muchos rastros de la música chilena, solo algunas influencias provenientes de Argentina. Cuando comenzó la Violeta, aparece de apoco de anonimato, recorriendo campos. Y cuando se escucha, se escucha poco, salvo en discos”. Parra me decía que la primera vez que escucharon a la cantautora fue en discos. Salvo una vez que Eduardo Parra y Mario Mutis la oyeron en la Quinta Región.

Proceso de composición de Obras de Violeta Parra. Gentileza de Los Jaivas

Este fue un proceso arduo de composición, Claudio Parra encontró las cintas que estaban en Francia. Estas tenían las grabaciones de audio que manejaron  para poder recomponer los temas en vivo. Como grupo, están trabajando desde abril hasta estos últimos meses.

Entre esas semanas, intenté en varias oportunidades comunicarme con la autora del libro 50 años de historia, Pamela Urbina. En distintas ocasiones se complicaba la oportunidad de conversar, sin embargo el 31 de octubre, en  Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), entablamos una extensa conversación donde Los Jaivas eran el plato principal. Ella me fue contando sus anécdotas, recopilación de las fuentes, y la inspiración que la llevó a desarrollar este excelente relato de esta gran banda que lleva más de 50 años de trayectoria. En un momento ella comentó “nunca habían pensado en realizar nuevamente las obras de Violeta. Pero, tenían la idea, un tema de Violeta, de repente iban incorporando a los conciertos los temas de ella, como Por qué me vine de Chile, el Run Run”. Y agrega, que siempre están ensayando, con menos tiempo, porque antes vivían todos juntos.

Acerca de la cantautora añadió “yo creo que la Violeta estaría contenta con el homenaje de Los Jaivas, sobre todo porque ella es roquera”. Entre otras cosas, comentamos acerca de los conciertos y allí aparece El Gávilan. Ella dice “escucharlo por la cantautora y después escucharlo por Los Jaivas es impresionante, porque hay una virtuosidad  en los instrumentos, y hay un amor por la Violeta. Todo esto es un conjuro para que hagan un trabajo. Para ellos es la cúspide de su trabajo creativo. Esta es la re interpretación de Violeta”.

Tras una extensa trayectoria llena de música jaivanera, entusiasmo y pasión, completé la misión. Nunca pensé que una banda con tanta trayectoria iba a tener una disponibilidad y preocupación con su público. No todos los músicos se comportan como ellos, y menos comparten parte de su trayectoria.

Los Jaivas son una banda que crea un viaje a través de la historia, tienen una trayectoria intachable y una mística inexplicable a la hora de presentarse en vivo. Tanto sentimiento y potencia que hay detrás de canción se visualiza en todos sus conciertos.

Toda banda tiene una influencia que algunos no llegan a conocer desde las raíces. Los Jaivas desde sus inicios tienen presente a Violeta Parra, como una fuente de inspiración.

Logré conocer la parte que los libros ni documentos han relatado en el transcurso del tiempo. Violeta Parra movió y promovió a una gran banda chilena, además de escribir un legado en la historia de la música.

Como dice Juanita Parra “Violeta es Jaiva, como Los Jaivas son Violeta”.

Foto: Javier Vergara
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