EL TALISMÁN, de Paul Sérusier

MUSEO DE ORSAY
EL TALISMÁN
PAUL SÉRUSIER Y COMPAÑÍA
El pequeño estudio al aire libre realizado por Paul Sérusier en Pont-Aven, en octubre de 1888, “bajo la dirección de Gauguin”, como lo indica la inscripción manuscrita en el reverso del panel, pronto se elevó al rango de icono. Cuando el artista, de regreso a la Academia Juliana, presenta a los Nabis (“profetas” en hebreo) este paisaje “sintético” con colores puros y formas simplificadas, hacen su “talismán”.
Este último se une a la colección de Maurice Denis, quien ayudó a hacer un trabajo fundador al contar la historia de su creación en un texto publicado en la revista L’Occident en 1903:
“¿Cómo ves este árbol?”, Dijo Gauguin frente a un rincón del Bois d’Amour: “es verde, así que pon el verde, el verde más hermoso de tu paleta, y esta sombra, bastante azul, no tengas miedo de pintarlo”. lo más azul posible “.
Así se presentó por primera vez, de forma paradójica e inolvidable, el concepto fértil de “superficie plana cubierta de colores en un cierto orden ensamblado”.
El estudio de Serusier se ha colocado así en el centro de una especie de mito de origen que define su interpretación: una “lección de pintura” impartida por Paul Gauguin que inspira al joven pintor a manifestar un arte que reemplaza a un Enfoque mimético buscando un “equivalente de color”. Es a la luz de esta presentación que la posteridad reinterpretará esta pintura como el anuncio de una nueva concepción de la pintura: pura, autónoma y abstracta.
Esta exposición propone volver a la historia de esta obra icónica de las colecciones del Museo de Orsay. Basado en las últimas investigaciones sobre el tema, rastrea el contexto de su creación, su lugar en el trabajo de Serusier y su relación con los de sus compañeros Nabis. También le interesa su historia material, la de un pequeño óleo sobre madera, un trabajo sin terminar de 27 por 21 centímetros, del cual Maurice Denis había exagerado el carácter improvisado al hablar de una caja de cigarros. Los análisis realizados en 2018 por el Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia (C2RMF) proporcionan información detallada sobre la naturaleza del soporte y los colores utilizados por el artista.
Finalmente, evoca la historia de su recepción por artistas de su época, pero también la posteridad que fue suya en el arte del siglo XX.
Esta presentación, rica en más de 60 obras, se basa en las colecciones del Museo de Orsay relacionadas con la escuela de Pont-Aven y los Nabis, al mismo tiempo que las del museo de Pont-Aven. Incluye préstamos excepcionales de museos franceses, así como muchas obras guardadas en colecciones privadas.
Paul Sérusier
Paul Sérusier (París, 9 de noviembre de 1864 – Morlaix, 7 de octubre de 1927) fue un pintor francés perteneciente al posimpresionismo, asociado al movimiento de los Nabis.
Para entender a Paul Sérusier es necesario echar un vistazo a la llamada Escuela de Pont-Aven. Pont-Aven es un lugar de Bretaña al que se traslada Paul Gauguin en un momento de su vida, buscando algo nuevo en su carrera. Tras trabajar en la capital francesa, decide trasladarse allí para encontrarse con un ambiente más primigenio, con una cultura rural. Junto a Émile Bernard y Sérusier formará la llamada Escuela de Pont-Aven (1886-1891).
El Talismán es la obra más importante de Sérusier. El verano de 1888 Paul Sérusier coincide con Paul Gauguin en Pont-Aven y allí pinta esta obra, influenciado por el consejo de Gauguin: «Si ves amarillo, elige el amarillo más estridente que tengas en la paleta y aplícalo al cuadro».
Esta obra, pintada en la tapa de una caja de cerillas, causó gran expectación a su vuelta a París (de ahí su nombre El Talismán, porque la enseñaban como si fuera un tesoro) y alrededor de tal concepto apareció el grupo de los Nabis. Las características básicas de este grupo son: el espíritu de síntesis, la ornamentalidad y sobre todo la aplicación de colores intensos que no se corresponden con la realidad.
Paul Sérusier, Le Talisman, 1888, óleo sobre madera. 27 x 21.5 cm. Musée d’Orsay, París, Francia.
Este cuadro tiene detrás un significado y una anécdota muy curiosos. Paul Sérusier tenía muchas dudas con respecto a la pintura; no sabía que hacer, cómo avanzar y enfocar su obra. Gauguin le dio una caja de cerillas y le dice que pinte algo en ella. El grupo acabará llamando a la caja de cerillas La caja mágica. Gauguin aconseja en este momento a Sérusier que pinte lo que él quiera, sin necesidad de que sea algo que se refiera a la realidad, pintándola tal y como él la ve. «Arte es lo que tú ves, la emoción que te produce», decía Gauguin.
Algo que cala entre los artistas del grupo que en ese momento están todavía comenzando a fraguar el camino que van a seguir en su producción. De ahí que esta caja de cerillas se convierta en la clave del grupo Nabi. La obra posee además cierta tendencia a la abstracción. Representa un paisaje, con árboles, una casa y agua donde se refleja todo.
Además de El Talismán, caben destacar dos obras más dentro de su producción:
- Dos bretonas bajo un manzano; también realizará escenas de la vida cotidiana. Aparecen a menudo, como en las obras de Gauguin, mujeres bretonas (que representan la naturaleza, la tradición, lo ancestral, etc.). Casi nunca aparecerán hombres. En este cuadro son dos mujeres en actitud contemplativa. Cabe destacar la gran influencia que tiene del japonismo, sobre todo en la parte del árbol (éstos suelen ser árboles en flor, que nos recuerdan a las estampas japonesas y a ciertos cuadros de Van Gogh).
- El encantamiento del bosque sagrado. Todo aparece simplificado: pintura plana, decorativismo, tema de carácter sagrado de marcada religiosidad con un claro matiz simbólico. Como destacó más por su producción teórica que práctica, no podemos olvidarnos de su libro Manual ABC de la pintura donde pone por escrito todas estas teorías vinculadas al movimiento.