Presentación del poemario EL PROFETA, de Guillermo Contreras

El poemario EL PROFETA de Guillermo Contreras será presentado el 16 de marzo a las 18 horas en el Centro Cultural Tiempos Modernos, Aristóbulo Del Valle 1701, Vicente López, Buenos Aires ( a dos cuadras de Puente Saavedra).
PRÓLOGO
“Es un bosque que navega y se balancea sobre las olas, un bosque en donde, sin saberse cómo, comenzaron a cantar pájaros, debían de estar escondidos por ahí y de repente decidieron salir a la luz, tal vez porque la cosecha ya esté madura y es la hora de la siega…” José Saramago.
Asistimos a la obra de un poeta que camina. Y en su caminar, confunde vivencia poética con don de la profecía. No es extraño que esto suceda: quien ha visto en reiteradas ocasiones el alboroto de los pájaros antes de los tiempos de la cosecha o los ha oído enmudecer de súbito durante los segundos previos al estruendo de una tormenta, es capaz de adivinar, guiado por la experiencia y la lucidez, casi cualquier suceso.
Porque la poesía de Guillermo Contreras atraviesa el mundo, del mismo modo en que el mundo ha atravesado el sentir del poeta. Así, desde el principio al fin de esta obra, somos testigos sensibles de este deambular, que no es una mera contemplación, sino más bien el testimonio de quien ha surcado la espesura de los bosques y a veces se ha perdido en ellos. Somos partícipes también de la voz de un hombre que, con minuciosa hondura, se ha detenido ante el cálido hechizo del fuego para dejarse atrapar por sus manos naranjas, a pesar de haber padecido, en ocasiones, del frío desolador que dejaron las cenizas.
Contreras se sumerge del mismo modo, con un lenguaje arraigado en la ternura, en el seno del amor filial. Porque por esos lares sabe que puede suspender su andar con confianza. Allí entrega las palabras más sublimes y despojadas. Allí permanece sin defensas y se desvela ante los afectos más trascendentales. De ellos bebe todo lo necesario para continuar su peripecia por el mundo ecléctico y alocado, que a veces es paisaje y cordillera, a veces es ciudad amordazada; a veces es patio de infancia y otras tantas es un sueño poético o un poema que por los sueños anda.
La ruta lírica que traza esta obra culmina en un grito libertario. Allí, enfrentado a su propio hartazgo en relación a las injusticias circundantes, el poeta parece arrancar los velos para advertirle al mundo que en los tiempos descarnados, él también ha dejado su sangre. Sin embargo, Contreras, con verso siempre atinado y despierto, deja una cuota de esperanza en el futuro. No porque sea optimista, sino porque confía en las bifurcaciones infinitas que el amor que hemos dado y recibido en nuestro paso por la vida, ha sabido surcar en lo más profundo de la tierra, contra todo viento y a pesar de cualquier marea.
Los invito a transitar esta obra como si se tratara del diario de un viajante. En palabras del poeta: “Camino solo por la vereda de la tarde/ hacia la plaza de los recuerdos/ viniendo lento del caos original /de la explosión primigenia/de la célula primera, de la última noche”. Acompañemos a Guillermo Contreras en su tránsito comprometido con la palabra, atravesemos junto a él cada pasaje desde el origen del día hasta la caída de la noche. No hay brújulas que aseguren el lugar exacto de la llegada, pero les aseguro que perderse por un buen rato entre sus versos, valdrá la pena.
Carla Demark