“Congreso, es sentirme parte de algo grande en nuestro país”

Jaime Atenas, saxofonista: “Congreso, es sentirme parte de algo grande en nuestro país”
ENTREVISTA
Por FERNANDA SCHELL

El año pasado Congreso cumplió 50 años de historia y para celebrarlo realizaron una gira por el país, gira que terminaría este año con un gran concierto.
Acerca de la historia, música y trayectoria, conversamos con Jaime Atenas, su saxofonista desde el año 1984.
Lleva 36 años junto al grupo, y además se ha desempeñado en diversas agrupaciones de jazz, siendo también pedagogo musical.
Para conocer más acerca de Jaime Atenas te invitamos a leer la siguiente entrevista:
F: El primer disco que grabó con Congreso fue Pájaros de Arcilla en 1984. ¿Qué recuerda de ese momento?
J: “Como somos todos de Valparaíso, siempre nos topábamos en diferentes actividades musicales. En esos años, diría 1982-83, se empezó a gestar un movimiento muy entretenido e interesante en relación al jazz, con un músico que es arquitecto, Sergio Acevedo, el cual comenzó a hacer sesiones de jazz en sala El Farol, donde trabajaba Hugo Pirovich.
Llegábamos todos los grupos con las intenciones de aprender y llamados por la música. En una de esas me tocó integrarme a una agrupación que tenía el Tilo con Ernesto Holman y Aníbal Correa, tenían un trío y tocaban temas de Congreso que eran más llevados a la fusión jazzística y también interpretaban temas hechos para la ocasión.
Me tocó participar con ellos, con un arreglo.
A partir de ese momento quedamos enganchados, a ellos les interesó el sonido del saxofón, el timbre que tenía y pasé a no formar parte del grupo… Ja ja. Estuvimos como un año tocando antes de que verdaderamente me integrara a Congreso.
Diría que todo el 83 estuve con ese grupo que se llamaba Cuarteto Expresión Jazzística. Paralelamente tocaba con otra banda en Valparaíso que se llamaba Ensambles, fue bien conocido y bien destacado en su época. Nos ganamos el premio Alpes en el 90-91. Teníamos harta actividad de conciertos, tocatas. Empezamos a funcionar y coincidió que Joe Vasconcellos se salió del grupo, y de esta manera se abrió una vacante
para que yo pudiera entrar. Inmediatamente les interesó integrar el saxofón en Congreso y de ahí no paramos más hasta hoy.
Pájaros de Arcilla vino el año 84 y ese fue mi certificado de músico profesional, antes de eso no había grabado nada. Con Ensamble íbamos a grabar recién en el año 90. Ese fue mi primer disco y lo guardo con muchos recuerdos y momentos importantes que sucedieron:
cambió un poco el transcurso del concepto musical con el que yo venía haciendo. A mí me gusta hasta el día de hoy el jazz pero no lo seguí realizando porque me interesó más la música latinoamericana y la fusión”
F: Ya cuando ingresó a Congreso, ¿cuál cree que fue el sello que usted imprimió en la banda?
J: “El aporte más significativo que yo he hecho a Congreso es el timbre del saxofón soprano. Es un sonido que en la época no se explotaba. Hoy el soprano está sonando en muchos lados. Pero en el año 84 en la música de fusión latinoamericana no había nadie que lo tocara. Fue
un timbre nuevo y refrescante en Congreso. Nunca antes había habido un saxofonista. Fue un sonido distinto y creo que ese fue mi aporte, el timbre del instrumento que se ha venido escuchando por muchos años y que ya es parte de Congreso y creo que es un sello”.



F: ¿Por qué seleccionó este instrumento para desarrollarse como músico?
J: “Siempre fui muy inquieto con la música. Antes de tocar saxo yo tocaba otros instrumentos: guitarra, piano, cello… (Como anécdota, mi profe de cello fue el Pato González de Congreso). Pero me compré una flauta porque la verdad que el cello lo encontraba extremadamente difícil. En la flauta avanzaba más rápido. Entonces me quede con la flauta. También sucedía que me prestaban instrumentos en la universidad, estudiaba instrumentos optativos y después de practicar me quedaba sin el instrumento. Finalmente continué con la flauta y empecé a escuchar jazz. Fue ahí cuando me interesé de verdad en el saxo. Primero me compre un tenor y después un soprano”.
F: Ya son 36 años que lleva en Congreso. El año pasado la banda cumplió 50 años, hicieron la gira… ¿Qué significa esto para usted como músico?
J: “Congreso es sentirme parte de algo grande en nuestro país, una banda emblemática con 50 años, son muy pocas las bandas a nivel mundial que tienen 50 años sonando constantemente. Es un gran privilegio estar en una banda como esa y me siento totalmente afortunado.
Las cosas suceden de pronto estando en el momento indicado en el momento justo, y suceden.
Le digo a mis alumnos que uno debe estar completamente preparado para que en algún momento en que te toque una oportunidad, (que eso fue lo que sucedió conmigo), justo me tocó la oportunidad y la supe aprovechar bien, y hasta el día de hoy estoy en una banda en la que nos llevamos bastante bien y no han habido grandes conflictos.
Con Congreso nunca la separación de miembros ha sido por conflicto, sino porque cada uno quería hacer otra cosa. Es fácil dialogar así, con gente con criterio y con quienes se puede hablar, enojarse y después volverse a querer. Siempre va a existir conflicto entre las personas, pero mientras exista una forma de salir de ellos, será resolutivo”.
F: En 1981 se fundó Ensamble Jazz Fusión. ¿Qué recuerda de esta agrupación?
J: “Eso comenzó como un taller musical sin ninguna pretensión.
En la casa de un amigo baterista con Daniel Guerra que es un contrabajista de la época, nos juntábamos los sábados a entretenernos, a tocar música y divertirnos. Un día se me ocurrió invitar a Eduardo Orestes, un guitarrista con el cual yo estudie en la Universidad Católica. Así armamos un cuarteto. Después invitamos a Willy Urrea que es un saxofonista de mi generación. Pasamos entonces a ser un quinteto y le pusimos Ensamble.
Al principio hacíamos covers, tocábamos temas de estándar del jazz. Seguidamente vinieron los temas originales. Con el tiempo, el concepto musical de Ensamble dio un giro mirando más al sonido del jazz fusión, jazz rock. No jazz puro que era lo que hacía Daniel Guerra.
Ahí hubo un quiebre profundo y se armó otra banda con otro baterista, otro bajista y las cosas tomaron un rumbo muy diferente. Estuvimos tocando así por varios años. En Valparaíso todavía quedan recuerdos y me causa mucha sorpresa y alegría cuando alguien me pregunta por Ensamble”.
F: ¿Usted cree que la fusión es uno de los elementos más relevantes dentro de su música?
J: “Los movimientos van surgiendo acorde a los tiempos. La fusión es un concepto que partió de los años 80 en adelante y vino a reemplazar una serie de nombres o sobrenombres que se le daban a la música. Por ejemplo a Congreso era muy difícil definirlo porque era una mezcla de muchas cosas. Congreso era rock, cueca, folclor, jazz, vals peruano. Cuando llegó el concepto fusión, él resume toda esta cantidad de corrientes latinoamericanas y mundiales y lo transforman en Fusión. Tan simple como eso, un concepto totalmente contemporáneo y que hasta el día de hoy sigue vigente”.
F: Dentro de todos los discos de Congreso, ¿cuál es el que más destaca?
J: “En realidad todos los discos de Congreso me gustan pero los separo.
Por mi formación ochentera me gustan más los discos de esa época, “El Viaje por la cresta del mundo” lo encuentro totalmente rupturista. También me gusta mucho el “Ha llegado carta”. Estos dos son los que cambiaron la sonoridad de la banda.
Después, me gusta “Estoy que me muero” del 86 con un concepto superbonito. Las temáticas están relacionadas con las épocas. Todo tiene que ver con lo que está pasando en nuestra sociedad. Eso es lo que hace Congreso, música urbana, estar preocupados de lo que nos está pasando”.
F: Parte de lo que está sucediendo en Chile, en Latinoamérica. ¿Será material para ustedes que se siga manifestando a través de la música, y en conciertos?
J: “La inquietud siempre está ahí con Tilo, que es el compositor musical y Pancho en la parte de textos.
Ellos se juntan e idean los contextos de los discos que se van a hacer. Entonces siempre hay un plan, un concepto.
Los discos de Congreso han sidogeneralmente conceptuales, todos se han movido en base a una temática”.
F: Además de Congreso, ¿tiene algún otro proyecto?
J: “Últimamente me he ido relajando con el tema porque tiene que ver con la madurez.
Cuando uno es joven quiere hacer muchas cosas y yo las hice: bandas, shows, orquestas, cuartetos de saxofonistas, pero siempre tuvieron como choques con mi banda base, Congreso, que es la nave madre que nos permite salir a hacer cosas. Pero llega el momento en que tenemos que volver a la nave madre. Dije, “de aquí en adelante, música, Congreso, pedagogía, las universidades” y aquí estamos hasta ahora. Yo, más tranquilo, únicamente dedicado a lo que es Congreso y a la pedagogía”.
F: Con Congreso, ¿tiene algún proyecto?
J: “No.
Estamos un poco perdidos con todo lo que ha pasado, extraviados musicalmente porque se nos han caído muchas tocatas, en provincias, muchas cosas que teníamos concertadas con municipalidades, al aire libre por temor a que puedan haber desmanes o que se cancela.
Estamos en stand by, estamos viendo qué hacer realmente. Necesitamos tocar porque también es una fuente de ingresos. Estamos optimistas de que esto se tendrá que solucionar de alguna manera porque ya han habido muchas señales de todos lados. En varios países del mundo ya han habido protestas parecidas y crisis sociales que tienen que tener un cambio, hace mucho tiempo que no había una revolución tan importante como ésta. Yo creo que tenemos que estar con ellas y sentir ese sabor de estar en algo importante que se está gestionando. La igualdad es una cosa supernecesaria… Que no haya tanta desigualdad, sobretodo en temas de sueldo, paridad del hombre y la mujer, son cosas que es necesario cambiarlas hoy en día, se necesitan”.
